preludio

Presentóme y presento este blog ante ustedes con la única finalidad de continuar atascando el ciberespacio con cosas que una tiene que decir sobre muchas cosas. En este caso en específico, he inaugurado este blog húmeda (aquí todo va a ser mojado y en femenino) para escribir sobre sexo y erotismo. La idea de este blog surge como un conjunto de pensamientos, pláticas en cama y leídas del blog de la rajita(l), espacio cultural masculino en el que varios chavos comparten ideas, técnicas, tácticas y demás para satisfacer nuestras rajitas. (http://pelosypiojos.blogspot.com)

Yo no me considero ninguna experta y apuesto fácil a que hay millones de mujeres por ahí que tienen más experiencia que yo cuyos conocimientos acerca de la materia podrían hasta hacerme sonrojar, pero qué más da, yo quise abrir este blog y escribir sobre sexo y así lo estoy haciendo. Incluso, creo firmemente en que el sexo es una cuestión relativa y jamás terminaremos de conocernos ni de conocer a los demás, este es mi pequeñito intento por dar a conocer mi propia versión de lo que yo considero sexual, sensual y erótico.

Para empezar a hacer lo que vine a hacer, quiero adentrarme en el mundo tan común pero poco conocido de la humidificación de la mujer, razón principal por la que ocurren las relaciones sexuales y requerimiento básico para hacer de estas una experiencia placentera.

Una relación sexual o coito se divide en varias etapas: excitación, meseta, clímax y resolución. La etapa que nos conscierne en este primer post es la primera. La humidificación o "el mojarse" en una mujer es una respuesta sexual que se da en la etapa de la excitación, y que constituye -hablando claro- en la acumulación de sangre en las paredes vaginales, y por consiguiente, la creación (como se saliva en la boca) de un líquido mucoso cuya función será la de lubricar las paredes vaginales para facilitar la penetración y por consiguiente, la relación sexual.

¿Qué tan útil es el que una mujer "se moje"? Mucho. Para empezar, si son mujeres que acuden responsablemente con frecuencia al ginecólogo habrán notado la diferencia de ser penetradas mientras están excitadas y el ser penetradas sin excitación. Y eso sólo para la parte técnica, ya que la humidificación es la respuesta tangible a un estado corporal que no puede expresarse con palabras.

Aunado a esta respuesta sexual se encuentran otras que varían en intensidad dependiendo de cada mujer: aumento en el tamaño y dureza de los pezones, respiración cortada y acelerada, aceleración del ritmo cardíaco, gemiditos y respuestas intensas al contacto con la otra persona (muajaja)

Cabe resaltar que, contrario a lo que muchos puedan decir u opinar, las que sabemos lo que nos pasa somos nosotras, y aunque hay mujeres que puedan hacer de la excitación algo mecánico, es bien sabido que la mujer necesita más que estímulos físicos para lograr una lubricación adecuada, exceptuando aquellos días en el mes en los que la lubricación es cosa de todo el día y el nivel hormonal progesterónico es tan alto que casi cualquier cosa nos pone calientes. (Y no digan que no, viejas). Pero cuando no, necesitamos el cocowash del amor, cariño, respeto y atención, y eso también se lo debemos a una parte química importante que nos compone (de la cual hablaremos en otros posts).

Así que, húmeda.
Si no, no pasa nada más.