4/09/2007

sensuous sensational sensations


Cinco sentidos: tacto, gusto, olfato, vista, oído. Y a todos hay que ponerles debida atención antes, durante y después del sexo, e incluso en situaciones que poco tengan que ver con retozar.
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1. TACTO
Ya habíamos platicado de que el órgano más grande de nuestro cuerpo es la piel (y el más capaz, la piel puede sentir una presión encima de ella desde .2 mg) , y de lo maravillosas que son las sensaciones táctiles durante la masturbación, pero poco hemos hablado de la exploración de este sentido (el sensual por excelencia) en otras ocasiones igual de sensuales pero fuera de un contexto sexual.
Todos hemos disfrutado del goce que resulta de ponernos una crema bien rica que nos deje las manos suavecitas, o de lo rico que se siente tocar un frasco de vidrio frío, o unas piedras de río lisitas, o un cartón rugoso, o una tela como la seda. El tacto es el sentido que el ser humano jamás podrá apagar (exceptuando aquella enfermedad rara que al parecer sólo tienen 3 personas en el planeta), e incluso es el sentido que le sirve a quienes carezcan de algún otro para crearse una imagen del mundo que le rodea.
El tacto, es el único sentido capaz de formar, crear, reforzar y destruir lazos sociales. ¿Quién no se ha dejado llevar por un abrazo, un beso, una cachetada o un golpe?
El sentido nos permite crear y reforzar marcos de referencia, y nos muestra la realidad del mundo en el que vivimos.

En cuanto al sexo, el tacto es el sentido más usado, ya que siempre sentimos el contacto con la otra persona, y gustamos de sentir a la otra persona. En una relación sexual con otra persona(s) o incluso con nosotros mismos, creo que el sentido táctil es el más explotado, y con justa razón. Creo firmemente en abusar de este sentido y explotarlo al máximo.

Empecemos por tocar el ambiente en el que estamos con otra persona. Saboreen a través de sus dedos las sábanas, las paredes, su temperatura corporal y la temperatura de las cosas, el material del que están hechos. Cómprense un plumero y tóquense y cosquilléense, lleven hasta los últimos límites las variedades del tacto: presionen, rasguñen, rascaricien, acaricien, rocen, aprieten, estrujen, hagan todo eso y más. Cambien ritmo y variedad, y sean creativos en cuanto a las áreas por tocar. Refuerzen sus lazos y no teman intimar con la persona con quien están, no importa si es pareja, novio, amante, o just one-night-stand, la conexión táctil con otra persona es un vínculo humano tan primitivo como lo es agradable.


2. VISTA
Aunque tal vez debería hacerme a un lado y dejar que los hombres se explayen en cómo sensibilizar al sentido de la vista para el sexo, no puedo hacer la generalización que las mujeres no somos tan visuales como los hombres. Creo que el sentido de la vista en los hombres -en cuanto a lo sexual- está demasiado explotado, y tal vez sea hora que las mujeres dejemos saber exactamente qué estímulos visuales nos producen una respuesta sexual. (En mi muy personal parecer, encuentro extremadamente estimulante ver a un hombre atractivo con el miembro erecto -ya sé, qué literaria, bueno "pito"- y no me da miedo aceptarlo).

Pero también, y se me acaba de ocurrir, las mujeres podemos estimular nuestro sentido de la vista a través de la preparación del escenario: bajo techo, al aire libre, velas, iluminación, brillos, etc.

Creo que el sentido de la vista es el más difícil de satisfacer por que recae en nosotros la filosófica duda de si lo que estaremos viendo sea real, ya que es el sentido más intangible y etéreo, pero eso no quiere decir que sea imposible, sólo que tal vez sea un poco más complicado para cada uno de nosotros identificar los estímulos correctos del mismo.

Pero, lo que si he identificado con el tiempo, es que la privación del sentido de la vista en una relación sexual, aparte de convertirse en una de las partes más soft del bondage (o sadomasoquismo), resulta en una experiencia que abre a los otros sentidos a observar lo que a la vista no se le permite ver. La privación de la vista, y la incapacidad de ver por nosotros mismos, nos crea un estado de ansiedad y expectación que aumenta todas las demás sensaciones. El cuerpo, al carecer del estímulo en el que más confía, no tiene conciencia de espacios ni de cosas, la oportunidad perfecta para sorprender al otro.


3. GUSTO
Como dato anecdótico, voy a platicarles mi experiencia reciente con el sentido del gusto. La verdad es que nunca había experimentado con la estimulación del gusto hasta muy recientes fechas, y sólo he obtenido experiencias placenteras.

El sentido del gusto en el humano sea quizá el más relativo, y el que recae en el mayor número de diferencias. A mí por ejemplo, me encantan los sabores dulces, y rechazo aquellos amargos o aquellos con sabor de mar. No me gustan ciertas verduras, y ciertos sabores me producen tanta repulsión, que a veces terminan haciéndome vomitar.

En cuestiones amorosas, el sentido del gusto está siendo siempre excitado por el sabor de nuestras bocas y nuestros cuerpos. No hay nada que -al menos a mí- me prenda más que el sabor del aliento de mi pareja, su piel salada, o el sabor de un chicle que acaba de masticar en sus labios. (qué rico)

Lo que experimenté recientemente fue el poner mi fruta favorita: el mango, en el cuerpo de mi lova. Para empezar, el mango es uno de los sabores que encuentro más estimulantes (por si jamás me habían leído antes, una vez escribí una oda al mango por el simple hecho que probarlo por primera vez en el año, me causó un orgasmo). Bueno, pues el mango en el cuerpo de mi amante, aparte de estimular su sentido del tacto por que yo lo lamía y comía de su cuerpo, estimuló en mi una sensibilidad que no había experimentado antes. El mango me hizo desearlo más y ponerme correctamente en el mood para continuar. Si jamás han intentado llenar a su pareja de su comida o fruta favorita, se están perdiendo de las mejores experiencias en la vida.

También, una vez que quería algo más especial, utilicé uno de los sabores dulces que a mi pareja le gustan: Nutella, y después de embarrarnos en ella y jugar con las texturas, procedimos a comernos el postre, resultando obviamente en los mejores postres EVER.

El sexo debe ser sexo, pero también debe ser sensual, así que embárrense de todo y cómanse vivos. Qué rico.

4. OLFATO
Suskind tenía mucha razón en basar la novela de "El Perfume" en uno de los fetiches que considero más "classies" del espectro de los fetiches: aquel de los olfatos. La industria de la perfumería no sería lo que es, si los humanos no nos encontráramos estimulados por la cantidad infinita de olores que tenemos en el mundo.

El oler a alguien, percibir un aroma, perfume, no sólo guarda en nuestro cerebro percepciones memoriales (siempre que olamos alguna cosa, pensaremos en el momento, lugar o persona que lo provocaba), sino que también excita de manera importante al cerebro a través de las pequeñitas partículas llamadas feromonas, que, a través de los olores transmiten mensajes sexuales directamente al cerebro.

A mí en lo personal, el aroma del sexo, o la loción penetrante de un hombre, hacen que mis rodillas se aguaden y me de escalofríos en la espalda. Yo amo los olores. De hecho, si acaso lo único que tengo en contra de la industria del perfume es que se han esforzado muchísimo por desaparecer nuestros aromas naturales, y han creado una especie de cultura general de rechazo hacia los olores que emanan de nosotros.

Últimamente, he experimentado lo que es no bañarse en días por el único hecho de complacer a mi pareja, y créanme, el outcome es mejor de lo que podría haberme esperado. El sentir su aroma a sudor, a cebito, a saladito, provoca en mí las más bajas pasiones. Obviamente que cuando también se baña en loción, y deja mi cuarto oliendo a él, me provoca las mismas reacciones, por que ambos estímulos apelan a él y a lo que sus olores provocan en mí cuando lo huelo y luego cuando recuerdo a qué olía. Jesus.

Lo mejor de lo mejor es quedarse oliendo a sexo todo el día, sin bañarse, esperando a re-encontrarse para poder bañarse juntos y quitarse el olor momentáneamente para volver a empezar. No hay mejor sensación, de verdad.

Los olores de una mujer también son re- estimulantes, y aunque sí, hay días en que huele mejor que otros, el penetrante olor de la entrepierna femenina estimula también una respuesta sexual en el hombre. A mí, irónicamente, mis propios olores me recuerdan al sexo directamente, y me hacen pensar en la vez más próxima que tenga para experimentar el olor.

Me declaro adicta a los olores corporales, y no me molesta que mi hombre huela tantito a sucio o axila, creo en que ese toquecito de humanidad, hace todo un poquito más real.

5. OÍDO
Muchachos... dejé este al final por que fue el primer sentido del que descubrí sus poderes.. y no saben lo gratificante que resulta darle rienda suelta, y alejarse de todo tipo de tabús. Para empezar a expresarme sobre las exquisitas bondades decibélicas debo decirles que para disfrutarlas al máximo, hay que alejarse de cualquier atadura social, o sea... el dirty talk, los sonidos más grotescos entre cuerpos, las palabrotas, los gritos y así son sólo unas de las pocas cosas -pero de las más excitantes- para nuestros martillo y tambor, así que si de estimular el oído se trata, a romper fronteras.

Pues sí, dirty talking, gemidos, suspiros, música agradable (o sexy), lamidas, el clash clash de los cuerpos, las palabras de cariño, los gritos, las órdenes... ¿por dónde empezar? Es necesario decirles que los impulsos eléctricos producidos por los ya mencionados tambor y martillo viajan, como todos los estímulos sensoriales, directamente a ciertas zonas del cerebro, La más primitiva y por ende, relacionada directamente con el sexo es el olfato (por aquello de las feromonas y el ciclo menstrual de la mujer, el celo en los animales), y tal vez -a mi parecer- el sentido del oído es uno de los más sofisticados, ya que, aunque nuestra capacidad auditiva en comparación con otros animales sea muy pobre, la correcta estimulación auditiva puede lograr reacciones cerebrales y corporales que no habíamos experimentado antes.

Denle rienda suelta, AUNQUE, sean cuidadosos. Lo que a ustedes puede resultarles estimulante, puede que a la otra persone le resulte chocante, y por ende, resulte en la peor experiencia sexual que hayan tenido. Por ejemplo, habrá a quienes, aunque intenten quitarselas vendas sociales, jamás les llegue a parecer correcto o apropiado el dirty talk, o a quienes les caga oír música mientras cogen por que los desconcentra, cosas así. Yo lo único que puedo decir es que en el sexo, y sobre todo en aspectos tan delicados como la estimulación auditiva, aprendan en base a prueba-error, y ya sean ustedes los amados o los amantes, siempre digan qué les parece y qué no.


Y para finalizar todo este choro sensorial, me gustaría decirles que, en efecto. Creo que la mayor estimulación que puede haber en una relacion sexual es el entablar una comunicación abierta y consciente entre las partes involucradas. Siempre hay que decir qué nos gusta y qué no, y preguntar si aquí, si más duro o más rápido, o al revés. La onda está en que el ser humano -y los delfines- son las únicas especies animales que tenemos relaciones sexuales por el puro placer de sentir placer -vaya la rebuznancia- así que.. si se trata de tener placer, hay que intentar estimular a nuestra pareja para que lo alcance, al mismo tiempo que nuestra pareja está consciente de nuestras necesidades para alcanzar el mismo nivel de placer.

Como siempre, cuídense y experimenten.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amika, yo si te escribire porque esta chido lo que dices y es una excelente forma de pasar el tiempo, instruirte y compartir ideas cuando no quieres trabajar.